¿Cómo manejar las rabietas o berrinches?
- Cristofer Pbn
- 11 sept 2022
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 16 sept 2022
¿Por qué suceden los berrinches, y de qué maneras podemos evitarlos o manejarlos cuando suceden? Conocelo acá.
Las rabietas o berrinches son un comportamiento normal en el desarrollo. Son más frecuentes e intensas en algunos niños que en otros y empeoran cuando están cansados, con hambre o con cualquier tipo de malestar.
A veces, los padres, madres o cuidadores cedemos frente a estos berrinches y así generamos que nuestros hijos e hijas identifiquen los mecanismos para desafiar las reglas de la familia, lo que nos lleva a perder autoridad.

Niños y niñas no se sienten seguros ante esta situación, sino todo lo contrario: encuentran una manera de tener poder sobre su madre, padre o cuidadores.
¿Qué podemos hacer frente a un berrinche o rabieta?
Prevenir llegar a la rabieta
Distraer y cambiar el foco de atención. Otras veces se les puede distraer con algún objeto y otra actividad, para cambiar el foco de atención de algo que «no se puede», por otra cosa que «sí se puede».
Por ejemplo: el niño está alrededor de una mesa y quiere agarrar el celular de un adulto para jugar, quitar el celular de la mesa y ofrecerle un juguete u otro objeto alternativo para que juegue.
Elegir algo. Si la situación lo amerita se les puede dar la posibilidad de elegir. Por ejemplo: ¿Querés bañarte antes o después de comer?
Evitar una situación. Si sabemos que una situación los frustra demasiado y los desborda, lo mejor será evitarla hasta que logren enfrentarla de otra manera.
Por ejemplo: no llevarlos a hacer las compras, que es un lugar donde no pueden tocar nada, comer, ni obtener todo lo que ven.
ACTUAR CUANDO OCURRE:
1. Mantener la calma. No ayuda responder a la rabieta de un niño con una rabieta de adultos. Nuestra reacción es una lección de cómo poner fin a un conflicto.
2. Ignorar la rabieta, siempre que sea posible. Si estamos seguros de que el niño o la niña no corre peligro, entonces tratemos de continuar con lo que estábamos haciendo, como si no pasara nada.
Si estamos en un lugar público, intentaremos ser ciegos y sordos a la reacción de quienes miran desde afuera y no prestaremos atención al berrinche.
Si no es posible sostener esa actitud porque puede lastimarse o está en un lugar o en una situación inadecuados, lo cargaremos de manera firme pero no violenta y lo llevaremos a un lugar más apropiado para dejar que la rabieta se calme sola.o lo que ven.
1. Dar contención. Si le cuesta salir de su rabieta y no sabemos cómo ayudarlo, podemos hacerlo diciéndole: «Te voy a ayudar a que salgas de esto». También lo podemos hamacar, cantarle o abrazarlo para calmarlo.
2. No ceder. Nunca vamos a acceder a darle o hacer lo que quería, aunque sea posible o razonable. Tiene que aprender claramente que una rabieta no lo acerca a ninguna solución.
Una vez que la rabieta pasó, podemos manifestarle la alegría de que haya recuperado el control y enseñarle cuál habría sido la mejor manera de actuar o de expresar lo que sentía, estimulando el uso de palabras.

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